Pedaleo rumbo al sur de Guayaquil mientras los taxis me cierran el paso. Intentan recoger pasajeros que no existen. Los serpenteo casi sin frenar como aprendí de niña.
En mi ruta diaria al trabajo no solo encuentro autos, encuentro vida: vendedores de sánduches, frutas y agua de coco, oficinistas somnolientos, vagabundos, estudiantes… Hay rostros apáticos, pero también alegres, que me cantan ‘…lleva, llévame en tu bicicleta...’ o me gritan ‘¡vamos Carapaz!’.
Me he aprendido los olores por zonas. La fritura de los bolones por el Mercado Central, las tortillas de maíz de la Capitán Nájera, el café molido unas cuadras más adelante. Disfruto del aroma dulce de La Universal al mariscoso de La Caraguay (este no tanto, realmente).
GUAYAQUIL ES UN ÓRGANO VIVO
Guayaquil huele, suena, respira. Es un órgano vivo y recorro sus arterias, sus entrañas, a veces radiantes, otras enfermas, con el principal objetivo de entenderla. Volví a vivir aquí hace 20 años y sentir cariño por el lugar donde nací ha sido un proceso largo. Le temía a sus buses, a sus ladrones, a sus calles oscuras, pero sobre todo a sus hombres diciéndome cosas que no quería oír.
Convertirme en ciclista urbana no fue una decisión pensada, pero sí el quiebre para desvanecer el miedo. Hace siete años pasé frente a una estantería en Aventura Plaza en la que esperaba mi primera bicicleta ‘guayaquileña’ y no pude negarme a regresar a la felicidad sobre ruedas de la niñez.Las primeras rutas fueron en Urdesa, muy cortas. Con el grupo Ciclistas de la calle amplié los horizontes y recorrí el Guayaquil nocturno. Hoy son pocos los lugares que no haya rodado en la ciudad, con apenas un ‘puertazo’ de taxi en mi lista de accidentes.
En bicicleta me siento más cerca de la gente y como dijo el músico, ciclista y escritor David Byrne, la ciudad entera se ha vuelto mi vecindario, aunque haya cambiado de barrio y de oficina varias veces.
Este es uno de los relatos que más nos han sorprendido de la ciclista urbana Daisy Sánchez, el ciclismo urbano es un reto de todos los días y lo hace de la mejor manera.Ella y un grupo de Féminas se apoderan de las calles de la ciudad, dejando miles de huellas y pensamientos reflexivos con el solo hecho de verlas pedalear.