HONG KONG, ESCUELAS VUELVEN A CERRAR POR NUEVA OLEADA DE CORONAVIRUS

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Bajo la tormenta por la nueva Ley de Seguridad Nacional impuesta por China, ni siquiera la pandemia parece que quiere dar tregua a Hong Kong, donde, al nuevo frente de autoritarismo de Pekín se suma una tercera ola de coronavirus. Así han llamado los funcionarios de salud al último rebrote de la ciudad. Hasta ahora, sólo habíamos escuchado hablar literalmente de una «nueva ola de contagios» en Corea del Sur.

Menos de un mes después de que las autoridades de Hong Kong comenzaran a levantar las medidas de distanciamiento social, el coronavirus ha vuelto a golpear con fuerza uno de los centros financieros del mundo. En la última semana se han reportado 132 nuevos casos de Covid-19. Casi la mitad, 65 nuevas infecciones, han sido por transmisión local.

Uno de los principales focos se encuentra en un centro de atención para personas mayores, con 32 casos. Otra docena están vinculados a una tienda de fideos y a un restaurante del área de Jordania, al norte de la ciudad. Incluso seis taxistas relacionados con estos sitios han dado positivo en los últimos días.

En total, el número de infectados en la región autónoma suma 1. 365. Ayer se notificaron 34 nuevos contagios, el mayor aumento de casos que se detecta en un solo día desde que empezó la pandemia.

Hoy, el secretario de Educación, Kevin Yeung, ha anunciado que se volverán a cerrar las escuelas a partir del lunes. También las autoridades retomaran algunas restricciones como el aforo en los bares y restaurantes. Los locales seguirán abiertos, pero la cantidad de personas permitidas en cada mesa, que no ha tenido límite desde el 19 de junio, se reducirá a ocho personas. En los bares y pubs no se podrán sentar más de cuatro personas juntas. Y el límite en las reuniones públicas se mantiene en 50 personas. Estas medidas, en principio, seguirán vigentes hasta el 24 de julio.

Medios de la ciudad como el South China Morning Post han hablado con funcionarios de salud que describen como «muy alarmante» la actual situación, y la describen como «tercera ola de infecciones». El doctor Chuang Shuk-kwan, jefe de la rama de enfermedades transmisibles en el Centro para la Protección de la Salud, expresó sus temores de un brote masivo en la comunidad. Sobre todo después de que el pasado domingo se registrara el primer caso local tras más de tres semanas sin reportar ninguno. Preocupa aún más que en muchos casos las fuentes de algunos de los nuevos contagios sean desconocidas.

Entre las razones que exponen los expertos para explicar esta nueva ola de contagios está que los miembros de la tripulación de aviones y barcos estaban exentos de hacer las cuarentenas obligatorias al llegar a Hong Kong y de someterse a las pruebas de coronavirus. Medidas que tienen que cumplir todos los residentes en la ciudad que retornan. Aunque tanto los visitantes extranjeros como los ciudadanos de China continental, siguen teniendo vetada la entrada.

Como causa del rebrote también se señala la relajación de las medidas de distanciamiento social. A finales de abril, el número de personas permitidas en las reuniones públicas aumentó primero de cuatro a ocho, luego 50 en junio. A los restaurantes y bares también se les permitió comenzar a operar con más capacidad de aforo.

La actual situación de Hong Kong recuerda a lo que ya se vivió en marzo, cuando llegó la considerada segunda ola de contagios. A principios de ese mes, la ex colonia británica apenas había reportado 150 casos. Las medidas para confinar en semicuarentena a parte de sus 7,5 millones de habitantes habían frenado la pandemia. Todo parecía controlado. Tanto que los funcionarios volvieron a las oficinas, los metros se volvieron a llenar y la gente perdió el miedo, retomando cierta vida normal en los bares y restaurantes.

Pero a Hong Kong llegó el retorno de extranjeros y nacionales que escapaban del golpe vírico de otros países. Muchos de ellos también traían en el equipaje el coronavirus. Lo que provocó que, a partir de la segunda quincena de marzo, los nuevos casos diarios, todos importados, se contaran por docenas hasta superar los 300. Desde el Ejecutivo de la presidenta Carrie Lam ordenaron volver a cerrar bares y restaurantes, y obligaron a pasar una cuarentena de 14 días a todo aquel que entraba en Hong Kong. Además, los retornados debían usar una pulsera electrónica y descargar una aplicación en el móvil que monitorizaba todos sus movimientos.

En las últimas semanas, el foco de la ciudad estaba más centrado en las nuevas protestas por la Ley de Seguridad Nacional. Miles de personas se habían lanzado a las calles contra una legislación que consideran que acabará con el sistema de semi libertades que goza la región desde que volvió a dominio chino hace 23 años. Ahora, el nuevo rebrote amenaza a Hong Kong con volver a empezar de cero.

TOMADO DE LA NACIÓN

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