TRAS VARIOS AÑOS TRABAJANDO EN EL SECTOR BANANERO, CIUDADANO MURIÓ EN LA PANDEMIA POR DEBILITAMIENTO DE SU SISTEMA INMUNOLOGICO POR LOS QUÍMICOS UTILIZADOS EN ESE SECTOR.

0
820
Banana Production in Ecuador - Investigation for Public Eye

Para las personas con sistemas inmunológicos debilitados, la infección por covid-19 puede tener graves consecuencias. Un grupo de riesgo: l@s que están en contacto con pesticidas, como Lenin Merino, trabajador bananero del sur del Ecuador. El cuerpo del hombre de 31 años, debilitado por los años de labor en los monocultivos, no tenía suficiente fuerza para resistir al virus y falleció a mediados de julio.

En enero del presente año conversamos con Lenin Merino, justo cuando terminaba una de sus jornadas. Desde los doce años, él trabajó en la industria bananera en las afueras de Machala, al sur del país. Principalmente, enfundaba racimos de bananos, una de las tareas más duras de las plantaciones y también de las más peligrosas. Las fundas están impregnadas con pesticidas sintéticos. Son agroquímicos que, en su mayoría, están prohibidos en otros países.

A los veinte se enfermó gravemente, a tal punto que apenas podía caminar. “Mi sangre estaba envenenada y sólo me quedaba un 45% de mis glóbulos blancos”, relató en nuestra entrevista. “El doctor me dijo que una simple gripe podía terminarme”. Lenin estuvo en tratamiento durante dos años, con vitaminas y medicamentos. Y como el médico le prohibía seguir trabajando con pesticidas, Lenin empezó a recoger mariscos en la Costa. Pero su organismo, intoxicado durante muchos años de su infancia, quedó afectado.

Debido a su historia clínica, Lenin pertenecía claramente al grupo de alto riesgo”, dice Hans-Peter Hutter, médico ambientalista de la Universidad Médica de Viena y familiarizado con la problemática de los pesticidas en las plantaciones bananeras del Ecuador. En 2015, él y su equipo investigaron la salud de l@s trabajador@s bananer@s del sur del país. En el informe – elaborado dentro de un proyecto de la Unión Europea- llegaron a la conclusión de que las personas que trabajan con pesticidas corren un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer que quienes trabajan en plantaciones orgánicas. “Además de otros órganos, los pulmones en particular pueden verse afectados de forma aguda y crónica”, dice el médico y ecologista a través de Skype. En general, el hígado y los riñones, responsables de limpiar el cuerpo de las sustancias tóxicas, también pueden verse afectados por el uso de productos de la agroindustria.

Pulmones inflamados por pesticidas

Hans-Peter Hutter, que lleva décadas investigando los contaminantes ambientales, dice que los plaguicidas pueden afectar al sistema nervioso y cardiovascular, a los órganos respiratorios, pero también al sistema inmunológico o al equilibrio hormonal, dependiendo de la composición de los productos químicos y de la disposición individual de cada persona. “Dado que las vías respiratorias de los trabajadores de las plantaciones en el cultivo convencional del banano ya están sometidas a un estrés previo debido al uso de pesticidas y pueden presentar una sutil inflamación, cabe suponer que su riesgo de enfermarse de covid-19 es mayor que el de las personas sin contacto con pesticidas”. También es plausible que exista un mayor riesgo de un curso más grave de la enfermedad, hasta tener que tratarse en un hospital; inclusive puede presentarse la muerte.

Lenin Merino cayó en este grupo de riesgo. Como ocurrió hace once años, a fines de mayo de 2020 sufrió de repente de una fiebre muy alta. Según Juan Céspedes, el patrón de Lenin, apenas comió y vomitó repetidamente. Después de dos semanas en casa, se fue a donde su mamá en Santa Rosa, lugar donde él y sus hermanos se criaron. Pero su salud no mejoró y su familia tuvo que llevarlo al hospital. Ahí le detectaron, además, que sufría de VIH, como dice su mamá. Y como si esto fuera poco, durante su estadía en el hospital se contagió con covid-19.

Los médicos de Santa Rosa querían primero trasladar a Lenin a Guayaquil o a Cuenca. Buscaban a un especialista que sepa tratar el cuadro clínico complejo de Lenin. “Pero él no quería”, se acuerda su mamá. “Prefirió quedarse con su familia”.

El 11 de julio, antes de la medianoche, la vida de este hombre de 31 años culminó. La muerte le llegó luego de 19 años de haber empezado a sacrificar su infancia para satisfacer el hambre bananero de Europa.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here