José Arroyo Cabrera, un diseñador y activista, ha obtenido una abrumadora votación en Pujilí y se ha convertido en el nuevo alcalde electo de ese cantón de Cotopaxi.
Tras contabilizarse más del 90 % de las actas, Arroyo Cabrera se consolidaba como el ganador.
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Hasta cerca del mediodía de este lunes, los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) reflejaban que, con un total de actas procesadas del 91,26 %, Arroyo acumuluba 27.971 votos a favor, lo que representa el 65,35 %.
La votación superaba a la del actual alcalde, Luis Ugha, quien obtenía el 17,39 %.
Su votación se ubicó como una de las más altas de la Sierra. El alcalde electo, quien se identificaba con la comunidad LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales), lo atribuyó a haber llegado de forma verdadera a la ciudadanía; que no vea solo lo externo, sino el interior de la persona, las ganas por trabajar, así como el deseo por contribuir de alguna manera al desarrollo de la tierra.
Añadió que las ofertas que se hicieron son reales y que se pueden cumplir; que dejaron de lado la demagogia, y que lo que ofreció fue devolverle el respeto a Pujilí, al argumentar que no será una autoridad, sino un servidor público.
Manifestó que sueña con el día en que, lejos de cualquier estereotipo, no se hable de una mujer indígena (como el caso de Diana Caiza, que alcanzó la Alcaldía de Ambato) o de un miembro de la comunidad LGBTI, sino que simplemente se lo haga de seres humanos, de personas.
“Diana, que es una muy amiga mía, a la que quiero y estimo, independientemente de cómo se vista, de cómo hable o cómo luzca, es una mujer y un ser humano que va a demostrar que está preparada para hacer por Ambato. Dios permita que no defraude la confianza de todos y que nosotros tampoco lo hagamos”, aseveró.
Arroyo aseguró que su triunfo refleja que el pueblo de Pujilí no se deja llevar por estereotipos, no se interesa por la vida privada, sino por la empatía, la capacidad y la manera de llegar a la gente.
Destacó que la votación mayoritaria proviene de la parte rural, indígena, de un cantón netamente patriarcal, con lo que se cae en cuenta de que la sociedad está evolucionando.
“Estamos viviendo una verdadera inclusión. Pero es una responsabilidad supergrande la que tenemos Diana y yo al representar a minorías. Tenemos que enfocarnos en que no ganemos simplemente por un discurso, porque ese discurso debemos llevarle a la práctica para que los ofrecimientos se transformen en realidades tangibles que puedan cumplir con la verdadera justicia social que tanto nos han ofrecido y nunca ha llegado”, señaló.
Tomado de: http://eluniverso.com