April Burrell era una estudiante extrovertida y sobresaliente hasta que un suceso traumático, cuando tenía 21 años, le hizo desarrollar una psicosis y se perdió en un estado constante de alucinaciones.
Le diagnosticaron una forma grave de esquizofrenia, una enfermedad mental devastadora que afecta al 1% de la población mundial y que implica mutismo, inmovilidad motora o catalepsia.
Desde entonces, dejó de comunicarse y no ha podido cuidar de sí misma. Ahora, 20 años después, April ha vuelto a la vida gracias a un tratamiento con inmunoterapia para el lupus neuropsiquiátrico.
PUBLICIDAD…ALQUILER DE ANDAMIOS (ENTREGA EN OBRA)

Fue Sander Markx, director de psiquiatría de la Universidad de Columbia, quien, en el año 2000 siendo aún estudiante, se interesó por el caso y descubrió que, aunque la enfermedad de esta mujer era clínicamente indistinguible de la esquizofrenia, también padecía lupus, una enfermedad autoinmune que estaba atacando su cerebro.
El despertar de esta, la estadounidense podría transformar la atención que se le da a algunos de los pacientes psiquiátricos más enfermos, muchos de los cuales languidecen en instituciones mentales.
