Sobre una papeleta electoral o un discurso, no crece una planta, por ende no da frutos

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DEBATE SIN TEMAS AGROPECUARIOS

Al parecer el tecnicismo y el desconocimiento de las autoridades electorales, no les permite ver lo que realmente es importante a la hora de ser debatido o puesto sobre las prioridades.

Les compartimos la opinión de un una persona que sabe de la problemática del sector agricola.
 
Como si se tratara de una posición oficial, el sector agropecuario ha sido reiteradamente discriminado por los últimos Gobiernos de turno. Parece ser que sus demandas, aunque justas, solo logran incomodar a las instancias gubernamentales, y claro, es más fácil excluirlo. El Consejo Nacional Electoral no podía ser diferente, y se ha encargado de segregar al sector agropecuario del debate que organiza para los candidatos a presidente; negando su importancia en la estructura mismo del Estado, a pesar de ser parte fundamental del aparato productivo nacional; importancia que se justifica no solo por su elevado aporte al Producto Interno Bruto, sino también porque sustenta la tan manoseada e incomprendida Soberanía Alimentaria.


Es difícil comprender por qué se menosprecia la influencia de este sector en el desarrollo nacional, puesto que en él se agrupa el 31% de la población, es decir: más de cinco millones y medio de ecuatorianos que directa e indirectamente, fijan sus aspiraciones laborales y de vida mismo en las diferentes actividades agro-productivas; provocando una enorme capacidad para generación de empleo e ilimitadas oportunidades laborales. Pero esto parece no ser suficiente para que el Consejo Nacional Electoral considere la conveniencia de incluirlo en el debate presidencial.


Sostiene que los temas fueron escogidos directamente por la población, de cara a sus urgencias y necesidades, pero eso es poco probable en realidad. Seguramente tomaron en cuenta solo a la población citadina, y ni se les ocurrió llevar sus encuestas también al sector rural; porque de haberlo hecho así, hubiera sido imposible que el campesinado no reclamara por la falta de rentabilidad que aqueja a sus actividades; o por el encarecimiento de sus costos; por el carácter elitista y discriminatorio con que el sistema de financiamiento bancario trata a los pequeños productores, que además son la mayoría. Si hubiesen consultado al sector rural, les habrían demandado por una política de comercialización, justa, técnica, equitativa y sostenible; les hubieran contado que no hay semillas de calidad, ni insumos adecuados; que el sistema vial sigue destrozado; que falta infraestructura para provisionar con agua los sectores productivos; que no tienen los servicios básicos para una convivencia normal; que les falta escuelas, centros de salud, seguridad; y muchas, muchísimas cosas más.


Habrá que notificarles a los señores del Consejo Nacional Electoral, que más allá de las grandes ciudades hay otro mundo real que también es ecuatoriano; en donde viven los compatriotas que se esfuerzan para producir el alimento que día tras día llevamos a nuestra mesa.
Pero si el Consejo desdeña la importancia de este sector, deberían ser los candidatos quienes levanten su protesta para que se lo incluya entre los ejes temáticos de tan importante debate. Eso sería lo sensato; ya veremos si lo son… o si alguno lo intenta.

Por: ING. Gonzalo Gomez

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